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miércoles, 29 de octubre de 2014

ACV: más riesgos para las mujeres

Día mundial de la enfermedad

Los causas que desencadenan un ataque cerebrovascular se dan con mayor frecuencia en la población femenina. Las secuelas son más graves y la mortalidad es más alta que en los hombres. Prevención, la clave.
La igualdad de género no ha traído sólo beneficios para las mujeres. Enfermedades que en un pasado cercano se asociaban en gran medida a los hombres, en los últimos años aumentaron notablemente su prevalencia en la población femenina. Los ataques cerebrovasculares (ACV), tercera causa de muerte en el mundo y primera de discapacidad, son un ejemplo. Por eso, este año la campaña por el día mundial de la enfermedad pone el foco en ellas. 

Soy mujer, el ACV me afecta”, es el lema elegido. Es que entre las mujeres muchos de los factores de riesgo se dan con mayor frecuencia (diabetes, migrañas con aura, fibrilación auricular, depresión e hipertensión), además de otros específicos como el uso de anticonceptivos orales que -en mujeres con factores predisponentes- pueden desencadenar un stroke, la preeclampsia (hipertensión durante el embarazo), los tratamientos post-menopáusicos y los cambios hormonales. 

Además, tras un episodio tienen una tasa más alta de mortalidad y tienden a sufrir peores efectos que los hombres. “Ellos empezaron a cuidarse, mientras que nosotras fumamos, nos estresamos, trabajamos día y noche. Antes era excepcional el ACV en la mujer, ahora los hemos superado”, afirma en diálogo con Clarín Rosana Ceratto, neurorradióloga intervencionista de ENERI-Sagrada Familia. 

Según cifras de la World Stroke Organization, entidad que lanza la campaña a nivel mundial, una de cada cinco mujeres corre el riesgo de sufrir un ACV, frente a uno de cada seis hombres. Y el índice más alto de ataques se da entre la población femenina de más de 85 años. 

La vida después de un ataque también es más complicada para ellas, ya que suelen sufrir un mayor deterioro de la función cognitiva, tienen más chances de quedar internadas y suelen deprimirse más.

Entre los factores de riesgo que afectan a los dos sexos por igual y que pueden provocar un ACV se inscriben el consumo excesivo de alcohol, el tabaco, la droga, la mala alimentación, el estrés y el sedentarismo. “Todo incide en que cada vez más gente y a edades más tempranas sufran ataques”, comentó Ceratto.

En contraposición, un puñado de conductas saludables son las que ayudan a prevenirlos: controlar la presión en forma periódica, llevar una dieta baja en sal, rica en potasio, verduras y frutas. Hacer ejercicio aeróbico, evitar el estrés, buscar tratamiento si se está deprimido. Y tomar la medicación adecuada en caso de sufrir hipertensión o fibrilación auricular.

Ceratto insiste en la necesidad de que los ataques cerebrales dejen de ser desconocidos. “Todo el mundo está informado sobre que un dolor de pecho puede ser un infarto de miocardio y va a atenderse rápido. Con el ACV no pasa lo mismo, se lo tiene muy poco presente”.

En Argentina, cada cuatro minutos una persona sufre un stroke, que es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico). El primero es el tipo más frecuente y se da en 8 de cada 10 casos. Cuanto antes sea atendido un paciente aumentan las chances de sobrevida y se incrementan las posibilidades de reducir posibles secuelas. Uno de los objetivos de la campaña es difundir la regla nemotécnica de las cinco C, que ayudan a reconocer los síntomas del stroke: la del cuerpo (sentir un lado débil, dormido o paralizado), caminata (problemas para caminar o alteración del equilibrio), ceguera (no ver bien o quedarse ciego de repente), cabeza (sentir un dolor fuerte), confusión (problemas para hablar o entender). “Queremos que todos los tengan pegados en la heladera, así como el número de la emergencia”, concluyó la médica.
“Queremos concientizar a la gente de lo que es un ataque cerebral, cómo se produce, cómo se puede prevenir y de alguna forma darle los últimos conocimientos sobre el tema”, afirmó el neurociujano Pedro Lylyk, director de la clínica La Sagrada Familia. Junto con FENERI, laAsociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC) y el Gobierno porteño tenían previsto hoy -por segundo año consecutivo- inflar un cerebro gigante en la Plaza del Vaticano, junto al Teatro Colón, para concientizar sobre la enfermedad. La actividad fue suspendida por la lluvia y reprogramada para el 5 de noviembre, de 9 a 19. En la carpa, los asistentes podrán controlar su presión y aprender a tomarse el pulso. Además, se proyectarán videos, se ofrecerá material informativo y habrá profesionales para atender consultas.