Cuando en 409 días Argentina se
despierte del sueño kirchnerista quedará, en tierra arrasada, que este
gobierno, entre otras cosas, prostituyó a los organismos de derechos humanos.
Quienes durante años apoyamos la lucha de los organismos –en mi caso en Radio
Belgrano primero, y en El
Porteño y Página/12 después– hemos visto a la mayoría de
ellos, en esta década, alejarse de su objetivo original, partidizarse y hacer
negocios hasta transformarse en una pequeña oligarquía de los derechos humanos
que dicta cátedra desde un monopolio de la moral pública.
El proceso,
en realidad, comenzó durante el final del menemismo. Decidido a sancionar el
indulto, Menem creó las indemnizaciones a los familiares de desaparecidos, unos
doscientos mil dólares que la mayoría de los familiares cobraron en aquel
momento. Hubo, también quienes nos opusimos: Hebe de Bonafini estaba en aquella posición, que yo
compartía. El razonamiento era este: ”Si el Estado me mató a un familiar, yo
quiero que primero me diga si lo mató o no, que me diga quién lo hizo y que esa
persona vaya presa. Cobrar por ese hecho no es ninguna prioridad”.
La
indemnización lubricó la oposición al indulto. La construcción de planes de
viviendas, la “Universidad” y hasta el bar de las Madres fueron una
consecuencia de lo primero. El desfalco de la Fundación fue estimado por la
Auditoría General de la Nación (AGN) entre 200 y 300 millones de dólares desde 2006.
Había obras a construir por Meldorek SA en la Ciudad y en la provincia de
Buenos Aires, Misiones, Chaco y Santiago del Estero. La Fundación de las Madres
tenía el segundo lugar en cantidad de empleados entre las constructoras del
país: apenas por debajo de Techint y muy por encima de Skanska. La AGN detectó
una prueba clave: que Sergio Schoklender se autoadjudicó pagos por 23 millones
de dólares, que su hermano Pablo obtuvo 13 millones y Meldorek se alzó con 4,4
millones de dólares. El 1° de agosto de 2013, la Sala 1 de la Cámara Federal
apartó al juez Norberto Oyarbide y anuló los procesamientos de los hermanos
Schoklender. La causa volvió a fojas cero y quedó en manos del juez Martínez de
Giorgi. La “Universidad” fue creada en abril de 2000 y utiliza su nombre de
“universidad” sin estar habilitada para ello.
http://andisj.blogspot.com.ar/
En junio de
2010 recibió una autorización provisional para funcionar como universidad
privada tras un proceso de casi tres años en la CONEAU (Comisión Nacional de
Evaluación y Acreditacion Universitaria). La Universidad de las Madres tiene
sólo tres carreras: Abogacía, Historia (licenciatura y profesorado) y Trabajo
Social. El 28 de junio de este año el Senado aprobó con 39 votos a favor y 23
en contra el proyecto de nacionalización que la transformaría en el Instituto
Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo, y la
colocaría, insólitamente, bajo la órbita del Ministerio de Justicia y no del de
Educación.
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