QUIEN
CREA QUE SU PROPIA VIDA Y LA DE SUS SEMEJANTES ESTÁ PRIVADA DE SIGNIFICADO
NO ES SOLO INFELIZ, SINO QUE APENAS ES CAPAZ DE VIVIR.
Viktor
Frankl dijo, al crear la logoterapia, que «la vida de toda persona es una
sucesión de oportunidades únicas para alcanzar un sentido».
El
sentido de la vida es distinto de una persona a otra; no existen reglas
fijas, pero debemos aspirar a encontrar nuestro objetivo vital. Algunas
pautas para hallar nuestras propias metas:
1.
Acostúmbrate a terminar las cosas,
salgan mejor o peor. Quédate con lo aprendido y sigue adelante, buscando nuevos
retos.
2.
Valora todas las situaciones,
tanto las agradables como las desagradables, pues todas ellas te guían en
el camino que sigues para encontrar tu sentido.
3.
Descubre tus dotes y habilidades,
qué se te da bien, qué te gusta hacer, qué te hace feliz... Ya que, en
definitiva, hablan de quién eres.
5.
Busca los contrastes: haz
actividades al aire libre y en la intimidad de tu habitación, disfruta de
la compañía y de la soledad, diviértete jugando, pero concédete descansos.
6.
No dejes de aprender. Las
personas no dejamos de crecer en ningún momento, somos seres en constante progresión.
7.
Olvida el qué dirán. Si
crees en algo, ve a por ello a pesar de lo que digan. Recuerda que los
grandes inventores y descubridores, en un primer momento fueron
tomados por locos.
8.
No temas equivocarte. Todo
descubrimiento ha pasado anteriormente por muchas pruebas y muchos
errores. El ejemplo clásico sería Edison y sus miles de
bombillas quemadas antes de lograr que una proporcionase luz.
9.
Respira profundamente y medita. Prestar
atención a lo que haces, enfocando tu interior, te descubrirá
el camino a seguir y las herramientas para conseguir lo que deseas.
10.
Da cada día lo mejor de ti mismo. Cada
jornada es una oportunidad de llevar a cabo un pequeño sueño. La suma
de muchas jornadas con sentido lleva a una vida plena.
Tomado
del libro:
Einstein para despistados