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miércoles, 17 de agosto de 2016

GENTE TOXICA

¿QUÉ CARACTERIZA A LA GENTE TÓXICA?

No soy muy partidario como psicólogo de etiquetar a las personas, y menos cuando estas etiquetas son negativas. De hecho, parece que el concepto de “persona tóxica” ha aparecido en cierto tipo de literatura como una forma de catalogar la personalidad de ciertos individuos, y raramente se explica que el carácter y los hábitos se pueden cambiar. 
Por tanto, una persona puede causar malestar a sus allegados bajo ciertas circunstancias, peronunca hay que caer en el error de pensar que las personas tóxicas no pueden cambiar. Todos podemos cambiar, absolutamente todos. Incluso puede que alguien te considere una persona tóxica, así que hay que relativizar esta etiqueta y darle un sentido nuevo, que nos ayude a escapar de situaciones que nos hacen sufrir, pero no como una forma de despreciar o estigmatizar a alguien.

PERSONALIDAD TÓXICA: EN OCASIONES MERECE LA PENA ALEJARSE

¿Quién no ha tenido un jefe cínico, un compañero de trabajo detestable o un cuñado que no para de decirnos lo que tenemos que hacer? Lidiar con personas tóxicas puede ser inevitable en determinados contextos. Pero lo que sí podemos controlar es la forma en que hacemos frente a sus comportamientos.
Si no actuamos con las debidas precauciones, las personas negativas pueden llegar a influirnos y hacernos sentir mal. Además, es posible que acumulemos tensión y estrés por tener que convivir con ellas. Motivos más que suficientes para intentar deshacernos de esta carga psicológica.

Aquí te propongo nueve señales que deben alertarte de que una persona tóxica te está consumiendo. Ha llegado el momento de poner negro sobre blanco, porque nadie tiene el derecho de hacerte sentir mal.
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1. HABLAS MUCHO SOBRE LA PERSONA TÓXICA

Si notas que estás continuamente quejándote a tus compañeros de trabajo sobre lo manipulador que es tu jefe de oficina o lamentándote ante tu pareja de lo mal que te hace sentir tu suegra en las reuniones familiares, debes saber que esta actitud va a agotarte mentalmente, y por supuesto no va a ayudar a mejorar la situación.
Conversar acerca de la persona tóxica una y otra vez solo consigue mermar tu autoestima y darle más importancia de la que realmente tiene. No vas a solucionar nada dándole vueltas, y quizá empieces a resultar molesto para quien debe escuchar tus constantes lamentos.

2. TE HACE PERDER LOS PAPELES

Si tu día a día está siendo afectado por un experto manipulador o por personas que te critican a tus espaldas, debes saber que los individuos tóxicos pueden afectar a tu equilibrio emocional. Debes tener cuidado, porque es fácil que lleguen a causarte frustración e incluso ira. Si esto sucede, es el momento de tomar medidas y solucionar el problema.

3. TU AUTOESTIMA SE RESIENTE

La gente tóxica suele ser grosera, maleducada y pueden resultar muy ofensivos y molestos. En ocasiones, su trato degradante hacia ti puede hacer sentir mal, pero recuerda que tu valor como persona nunca debe estar supeditado a las opiniones (y mucho menos a los insultos y vejaciones) de alguien que no seas tú mismo.

4. LES ECHAS LA CULPA DE TU COMPORTAMIENTO O ACTITUD

Si una persona tóxica logra hacerte pasar por su aro y manipularte, puede ocurrir que culpes constantemente a esa persona de las decisiones que tomes y de todo lo malo que te suceda. Si crees que la persona tóxica tiene la culpa de todo, reconsidera la situación. Tal vez solo le culpas para rehuir tu responsabilidad. Es tu vida, y si hay alguien que tiene tanto poder sobre ti, lo mejor es que intentes alejarte y que empieces a aceptar la responsabilidad que tienes sobre tu propio destino.

5. TEMES TENER A LA PERSONA TÓXICA CERCA

Si te horroriza pensar que debes pasar un rato con esa persona, no hay duda alguna que, por lo menos para ti, ese individuo es tóxico y tiene la habilidad de crearte un fuerte malestar. Si con solo anticipar que vas a tener que encontrarte con ese compañero tóxico en una reunión ya empiezas a tener sensaciones negativas, es una señal inequívoca de que algo tiene que cambiar en tu vida.

6. TE REBAJAS A SU NIVEL

Cuando alguien te saca de tus casillas de forma constante, puede que sientas la tentación de entrar al trapo y comenzar a confrontarle. Esto hará que empieces a tener actitudes y conductas reactivas que, probablemente, no están en consonancia con tus valores personales. Caer en el juego de la persona tóxica puede ser inevitable si nos lleva a un extremo, pero no es el modo de resolver la situación. De hecho, es probable que solo logres empeorar las cosas y desesperarte más.

7. TE IMPIDE ESTAR RELAJADO Y CÓMODO

Cuando nos vemos asediados por personas que nos manipulan o usan estrategias retorcidas para desmotivarnos, puede que llegue un punto en que nos sintamos en un estado de constante tensión y preocupación. Y cuando estamos intranquilos, es más fácil que las cosas nos salgan mal. Si no consigues tener la cabeza fría y relativizar la situación, la persona tóxica irá comiéndote el terreno. Por eso es importante que logres distanciarte emocionalmente de la fuente de toxicidad.

8. REACCIONAS CON MECANISMOS DE AFRONTAMIENTO DISFUNCIONALES

Cuando vivimos en un permanente estado de tensión, podemos reaccionar de forma negativa. Por ejemplo, para mitigar el desasosiego que sentimos, podemos permitirnos algunos “caprichos” nada saludables, como tomar una copa de alcohol de vez en cuando o comer más de la cuenta. Es una forma insana de atajar la sensación de ansiedad, y te lleva a un círculo vicioso del que va a ser muy complicado salir.

9. A TU PAREJA TAMBIÉN LE AFECTA EMOCIONALMENTE

Puede que la persona tóxica sea algo así como una figura de autoridad (un jefe, un profesor, tu padre o madre…) que no puedes cuestionar. Si se da el caso de que te humilla y tu nivel de desgaste emocional aumenta, puedes cometer el error de trasladar tu foco de malestar hacia nuestra pareja, hijos o familiares. El mal humor se contagia, y si dejas que la persona tóxica te contamine es posible que te conviertas en una persona tóxica para nuestro tu más cercano y hagas sufrir a personas que no tienen la culpa.

GESTIONA LA PRESENCIA DE LAS PERSONAS TÓXICAS EN TU VIDA

Si las personas tóxicas están sacando la peor versión de ti, va a ser necesario que te plantees algún tipo de cambio en tu vida.

Esto puede pasar por un simple cambio de mentalidad: no entrar al trapo de sus juegos manipuladores o ignorar su presencia, por ejemplo. En otros casos, la mejor decisión puede ser alejarte de este foco de negatividad y de mal humor antes de que te acabe afectando seriamente. 

martes, 7 de abril de 2015

«DISCÚLPEME: ¿SU PAREJA VUELA?».

El culto a la personalidad se caracteriza por una excesiva adoración y adulación a la persona amada. Los que entran en esta variante emocional pasan del amor a la pleitesía y del cariño a la reverencia. Una vez oí a una joven mujer decirle a su novio lo siguiente: «No sabes cuánto agradezco que te hayas fijado en mí. Una persona como tú, que está por encima de los demás... ¡Gracias!». Debe de ser muy complicado enamorarse de un superhombre o una supermujer, sobre todo siendo un simple mortal.

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Es verdad que a veces erotizamos a quien admiramos, pero una relación de pareja saludable no es una «secta de dos» donde uno es el ungido y el otro el gurú. A la pareja hay que amarla relajadamente, degustarla, disfrutarla, abrazarla, hacerle cosquillas, tomarle el pelo, reírse, invadir su territorio y compartir secretos, sin tantos códigos y requisitos formales y sin caer a sus pies o rendirle pleitesía. Cuando idolatras a la persona que amas, eres súbdito y no pareja.

Para que lo tengas más claro: si reúnes algunas de las siguientes conductas o actitudes, estás metido de lleno en una relación afectiva cuyo motor es el culto a la personalidad.
  • Sientes que la persona que amas es alguien superdotado y fuera de serie y te postras ante ella. El amor que sientes se confunde con veneración, devoción, adoración o idolatría. Piensas que su personalidad merece que le rindan culto porque, aunque no es un dios o una diosa, se le parece bastante.
  • Aceptas todo lo que tu pareja te dice o sugiere sin rechistar. Consideras que sus puntos de vista son la expresión de la más profunda sabiduría, lo que te imposibilita cualquier refutación u oposición. Poco a poco el vínculo afectivo/ sexual se va transformando en una relación maestro/alumno. ¿Cómo hacer el amor con tu «guía espiritual » y no morir en el intento? ¿Cómo ser tú mismo con alguien que está «más evolucionado » y te lleva años luz de ventaja?
  • Atacas a cualquier persona que no vea lo inefable de tu pareja. La premisa es: «Quien no sea capaz de vislumbrar su maravillosa esencia no merece estar a su lado y será declarado mi enemigo personal».
  • Crees que debes convertirte en el biógrafo de tu pareja y documentar aspectos de su vida cotidiana, como llevar un diario de sus frases célebres o de sus pensamientos, un álbum con sus fotos, guardar la ropa que ya no usa, grabar o filmar sus actividades...En fin, intentar construir una memoria histórica que haga las veces de santuario y archivo consagrado.
  • Atribuirle dones o capacidades fuera de lo normal y establecer correlaciones ilusorias entre estos «poderes» y la realidad. Por ejemplo creer que es capaz de adivinar el futuro, identificar la maldad o la bondad de la gente con sólo mirarla, leer la mente y cosas por el estilo.
Que quede claro: no me estoy refiriendo a la exaltación natural y juguetona que hacemos de la persona amada cuando regalamos sus oídos para que se estremezca y magnificamos un poco los piropos para ensalzar el romance. De lo que hablo es del convencimiento irracional e infundado de que nuestra pareja es tan especial y única, que el amor común y corriente no consigue colmar su extraordinaria condición. No hablo de amar, sino de canonizar. En ocasiones, cuando me enfrento a ciertas idealizaciones afectivas francamente descabelladas, le suelo preguntar a mis pacientes: «Discúlpeme: ¿su pareja vuela?».

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso