En una ocasión, un hombre tuvo que pasar una larga temporada
fuera de casa. ANTES DE IRSE SU MUJER QUEDÓ EMBARAZADA, PERO ÉL NO LO SUPO
ENTONCES. Al regresar, su
esposa había ya tenido un hijo. El marido sospechó que no era suyo y creyó
que era el hijo de un vecino que solía ir a trabajar para la familia.
Miraba receloso al niño y lo odiaba, incluso veía los rasgos del vecino en
la cara del pequeñín, hasta que un día un hermano suyo que fue a visitarle
por primera vez, al ver a aquel niño le dijo: «Es clavado a ti. Parecéis
dos gotas de agua». La visita del hermano fue un acontecimiento feliz
porque ayudó al padre de aquel niño a desprenderse de su percepción
errónea, pero ésta había estado controlando su vida durante doce años.
Le hizo sufrir profundamente a él, a su mujer y, por supuesto,
a su hijo, que padeció por culpa de esa clase de odio.
TODO EL TIEMPO ESTAMOS ACTUANDO BASÁNDONOS EN
PERCEPCIONES ERRÓNEAS. No hemos de estar seguros de ninguna percepción que tengamos.
Cuando contemplas una hermosa puesta de sol, puede que tengas la certeza
de que está ocurriendo en aquel momento, pero un científico te diría que
la imagen del sol que estás viendo es de hace ocho minutos. La
luz del sol tarda ocho minutos en llegar a la Tierra, porque viene
de muy lejos. Cuando ves una estrella también crees que está
allí, pero aquella estrella puede que haya desaparecido hace uno, dos
o diez mil años.
HEMOS DE TENER MUCHO CUIDADO CON NUESTRAS PERCEPCIONES, DE
LO CONTRARIO SUFRIREMOS.
Es una buena idea escribir en un papel: « ¿ESTÁS SEGURO ?» y colgarlo en
la habitación. En las clínicas y en los hospitales están empezando a
colgar esta clase de avisos: «Aunque estés seguro, compruébalo de nuevo».
Lo hacen por precaución, porque si una enfermedad no se detecta a tiempo,
después puede ser muy difícil de curar. Los médicos no están
pensando en términos de formaciones mentales, sino de
enfermedades latentes. Pero nosotros también podemos usar este lema: «AUNQUE ESTÉS SEGURO, COMPRUÉBALO DE NUEVO». Por culpa de nuestras percepciones hemos convertido nuestra
vida y la de nuestra persona amada en un infierno. ¿ESTÁS SEGURO DE LAS PERCEPCIONES QUE TIENES?
Hay quien sufre durante diez o veinte años por culpa de
sus percepciones erróneas. Está seguro de que la otra persona le
ha traicionado o le odia, aunque ésta sólo tuviera
buenas intenciones.
Alguien que sea víctima de una percepción errónea,
causa mucho sufrimiento tanto a sí mismo como a los que le rodean.
Cuando estés enojado y sufras, te ruego que vuelvas a
ti mismo y examines muy a fondo el contenido, la naturaleza de tus
percepciones. Si eres capaz de eliminar tu percepción errónea, recuperarás
la paz y la felicidad y podrás amar de nuevo a la otra persona.