Si
bien es cierto que pueden venir juntos, a veces no es así.
No
necesariamente la sexualidad viene con el amor.
No
necesariamente el amor conlleva sexualidad.
Así
como alguna vez dije que el amor tenía que ver con el sentimiento puro y no
hacía falta incluir el deseo sexual, digo en esta oportunidad que el sexo
no necesita incluir al amor para ser verdadero.
UNO
PUEDE ELEGIR INCLUIRLO.
Uno
puede decidir que ésta es su manera de vivir el sexo y el amor, y es una
decisión personal. Pero no es una decisión genérica, válida para todos.
Amor
y sexo son dos cosas tan independientes como un saco y un pantalón. Uno pude
ponerse las dos cosas juntas, y si combinan, quizás hagan un traje, y
puede ser lindo verlos juntos. Pero uno puede usar un jean con una camisa,
un pantalón negro con una pollera verde, y esta combinación puede quedar bien o
mal pero siguen siendo dos cosas diferentes.
Ahora,
para hablar de relaciones sexuales hace falta saber que entendemos por esa
expresión.
ME
ACUERDO SIEMPRE DEL VIEJO CHISTE QUE ME CONTARON DE UNA SEÑORA UN POCO INGENUA
QUE SALE DE UNA CHARLA MÍA Y EN EL HALL DE LA SALA LE DICE AL MARIDO:
- Decime
viejo, ¿nosotros tenemos relaciones sexuales?
El
marido la mira y le dice:
- ¡Si,
claro, mi amor, claro que tenemos!
Y
ella dice:
- ¿Y
por que nunca las invitamos?
Vamos
a tener que saber una vez mas de que hablamos. SI UNO QUIERE HABLAR DE SEXO VA A TENER
QUE ANIMARSE A LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE. Esto significa no hacer ninguna vuelta para
no decir algo porque sea prohibido, feo, mucho menos porque suene
pornográfico u obsceno.
Y
quiero avisar ahora que desde aquí hasta el fina, en este capítulo, un culo es
un culo. No es: ni el lugar donde termina la espalda, ni un trasero, ni la
parte de atrás, ni una nalga, ni un glúteo, ni un agujero incógnito
y turbio... Un culo es un culo.
Pido
disculpas por esto, porque sé que a algunos lectores las palabras pueden
sonarles hirientes. Pero como no está claro que significa y de dónde viene
todo aquello que llamamos sexo, por unas páginas vamos a levantar, con los
que decidan seguir leyendo, las barreras que impiden escribir algunas palabras.
Y no me parecería mal que alguien saltara hasta el próximo capítulo donde
hablo de la pareja, porque hay que defenderse de lo que a uno le molesta.
EN
LO COTIDIANO, UNO NO USA LA EXPRESIÓN “RELACIONES SEXUALES”. HAY otras palabras que tampoco usamos
y que suenan peores todavía, por ejemplo, “coito”, que suena a
prequirúrjico, a barbijo, a sin tocarse, o “cópula”, que pude hacernos
pensar en un perro en una sala de experimentos, o “pinchar” que suena demasiado guarango
e incluso antiguo. La dificultad de “encamarse” es que no termina de definir,
es como mas geográfico, y respecto de “fornicar” mi tío Fernando sigue
creyendo que es una tarjeta de crédito.
Extracto del libro: El Camino del Encuentro (Jorge Bucay)
Fotografía tomada de internet