Lo perverso: «Tu alegría me duele y tu dolor me alegra»
Amor de verdugo, altamente patológico. La inseguridad y el miedo a perder la pareja a veces toma un extraño giro que raya en lo perverso: «Cuando estás mal, siento que me necesitas, pero si estás feliz, pienso que podrías prescindir de mí porque no te hago falta; por lo tanto, hago todo lo posible para que te sientas mal». La suma de un esquema de inseguridad personal y una manera distorsionada de procesar la información puede producir un esperpento amoroso, del cual no siempre se es consciente.
El que piensa así terminará saboteando cualquier actitud positiva del otro y reforzando lo negativo. Otra forma de manifestar el cortocircuito: «Me siento más tranquilo o tranquila cuando estás mal, porque sé que buscarás apoyo en mí. Tu alegría o tu felicidad me indican que no me necesitas tanto e incluso que podrías prescindir de mí». Conclusión: odio tu alegría y me alegra tu desgracia. Es la triste manifestación de una debilidad que se fortalece en el padecimiento ajeno.
Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso