Mostrando las entradas con la etiqueta filosofía. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta filosofía. Mostrar todas las entradas
sábado, 16 de julio de 2016
miércoles, 25 de mayo de 2016
5 SECRETOS PARA SER FELIZ, SEGÚN UN PRESTIGIOSO PROFESOR DE HARVARD
La felicidad es uno de los estados anímicos
más discutidos en nuestra especie. Mientras todos coincidimos en que queremos ser felices,
cada uno aplica su propia receta para alcanzar dicha meta. Incluso existen
diferencias en el propio CONCEPTO DE FELICIDAD,
puesto que lo que para unos es una meta, para otros es un camino. Lo cierto es
que este anhelo siempre ha sido carne de cañón para todo tipo de motivadores y
escritores varios que basan sus enseñanzas en frases inspiradoras de dudosa
base científica.
Pero, ¿qué dice la ciencia? El profesor de
la Universidad de Harvard y autor del libro 'LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD: POR QUÉ NO SERÁS FELIZ
HASTA QUE DEJES DE PERSEGUIR LA PERFECCIÓN'
1. NECESITAMOS PLACER Y DARLE UN
SIGNIFICADO
El profesor Ben-Shahar defiende, que, en
efecto, necesitamos placer en nuestra vida, pero este solo constituye la mitad
de la receta, la otra mitad parte de marcarnos propósitos y metas. Hasta ahí todo parece claro,
pero ¿qué objetivos debemos marcarnos? Lo más habitual es pensar en conseguir
el mejor expediente académico, comprarnos una casa más grande, adquirir el
último modelo de un móvil, etc. Sin embargo, consigamos o no dichos
propósitos, es posible que nos generen una incómoda sensación de vacío. Esta
carencia se debe a que son metas marcadas por agentes ajenos a nosotros, como
la imagen o las expectativas sociales.
Evidentemente no podemos alejarnos por
completo de la sociedad y, por supuesto, existen aspectos tangibles que son
básicos para nuestra felicidad. Uno de ellos es el trabajo, pero en nuestra
escala de intereses quizá deberíamos dar más peso a sentirnos a gusto en nuestro
entorno laboral, sentirnos valorados, que nuestro esfuerzo tiene un
impacto, etc. Estos detalles no tienen que ver con el largo plazo, sino con el
transcurso del día a día.
2. TUTORIZAR NUESTROS DÍAS
Revisar la bandeja de entrada y responder
al correo, ir a trabajar, llevar a nuestros hijos a actividades extraescolares,
etc. Si en algo estamos de acuerdo es quela falta de tiempo es un
auténtico problema, pero también es cierto que lo perdemos en tonterías.
El día son 24 horas y debemos aprovecharlas al máximo. A veces merece la pena
parar por un momento y apuntar a qué dedicamos cada rato de nuestros días, a
qué enfocamos nuestros esfuerzos y, finalmente, evaluar si vamos por el camino
correcto. No todo debe ser ni trabajo, ni esfuerzo, ni placer; pero es básico
que sepamos lo que nos causa malestar y lo que nos resulta agradable.
Este proceso, indica Ben-Shahar, se conoce
como indagación apreciativa y sirve para aprovechar todo nuestro potencial. Es necesario que nos
preguntemos si están funcionando nuestras dinámicas y si va bien nuestro día a
día. De esta manera, sabremos cómo potenciar al máximo los buenos momentos y
minimizar, dentro de lo posible, aquello que nos genera malestar.
3. EVITAR SUFRIR PARA DISFRUTAR
Un pensamiento que ha calado muy hondo en
nuestra mentalidad es que es el trabajo duro el que trae las mayores
satisfacciones. En parte puede ser verdad, cuando nos esforzamos y un trabajo
da sus frutos la satisfacción es plena, pero el transcurso también tiene
su importancia y si este es doloroso, quizá no merezca tanto la pena.
El esfuerzo no
es sinónimo de dolor. Es preferible ir marcándose objetivos medios, en
vez de uno tremendamente alejado que convierta el proceso en una especie de
odisea con una meta casi inalcanzable. Como símil para explicar este
pensamiento, Ben-Shahar compara el ahogarse con hacer el amor. En ambos casos
uno acaba cansado y exhausto, pero en el primero todo es sufrimiento, mientras
que al practicar sexo se disfruta, además del final, también del proceso.
La felicidad es uno de los estados anímicos más discutidos en nuestra especie. Mientras todos coincidimos en que queremos ser felices, cada uno aplica su propia receta para alcanzar dicha meta. Incluso existen diferencias en el propio CONCEPTO DE FELICIDAD, puesto que lo que para unos es una meta, para otros es un camino. Lo cierto es que este anhelo siempre ha sido carne de cañón para todo tipo de motivadores y escritores varios que basan sus enseñanzas en frases inspiradoras de dudosa base científica.
La felicidad es uno de los estados anímicos más discutidos en nuestra especie. Mientras todos coincidimos en que queremos ser felices, cada uno aplica su propia receta para alcanzar dicha meta. Incluso existen diferencias en el propio CONCEPTO DE FELICIDAD, puesto que lo que para unos es una meta, para otros es un camino. Lo cierto es que este anhelo siempre ha sido carne de cañón para todo tipo de motivadores y escritores varios que basan sus enseñanzas en frases inspiradoras de dudosa base científica.
1. NECESITAMOS PLACER Y DARLE
UN SIGNIFICADO
El profesor Ben-Shahar
defiende, que, en efecto, necesitamos placer en nuestra vida, pero este solo
constituye la mitad de la receta, la otra mitad parte de marcarnos propósitos y metas.
Hasta ahí todo parece claro, pero ¿qué objetivos debemos marcarnos? Lo más
habitual es pensar en conseguir el mejor expediente académico, comprarnos una
casa más grande, adquirir el último modelo de un móvil, etc. Sin embargo,
consigamos o no dichos propósitos, es posible que nos generen una
incómoda sensación de vacío. Esta carencia se debe a que son metas marcadas por
agentes ajenos a nosotros, como la imagen o las expectativas sociales.viernes, 29 de enero de 2016
QUÉ TAL SI ME PERDONO?
Me he sentado a tomar un café conmigo mism@ frente al espejo y me descubrí
alzándome la ceja como siempre, entonces me dije a mi misma; ¡Ya estuvo bueno de
ser tan dura! y qué lo mejor era simplemente. Perdonarme.
alzándome la ceja como siempre, entonces me dije a mi misma; ¡Ya estuvo bueno de
ser tan dura! y qué lo mejor era simplemente. Perdonarme.
Me perdono por dejarme en último lugar infinidad de veces...
Me perdono por hacerme pedazos para completar a otros...
Me perdono por no tener tiempo para mí...
Me perdono por no hacerme caso, y tropezar con el mismo obstáculo una y mil veces.
Me perdono por poner mi salud como un pendiente y no como una prioridad...
Me perdono por haber hablado de más...
Me perdono por haberme callado...
Me perdono por confundir resignación con tolerancia...
Me perdono no gastar en mí lo que sin reparo gasto en alguien más que a veces no lo merece...
Me perdono por mentirme...
Me perdono por no verme al espejo más seguido...
Me perdono por no ser más amable conmigo misma...
Me perdono por no tenerme paciencia ni tener constancia...
Me perdono por ser tan ruda cuando se trata de mí...
Me perdono no encajar en un molde...
Me perdono por no permitirme muchas cosas...
Me perdono por no disfrutar de otras tantas...
Me perdono por no valorar los momentos que valen la pena y darme cuenta muy tarde...
Me dije a mi misma; debemos aprender a soltar, a dejar ir y sobre todo; ¡A perdonar!.
Debemos hacer frente común contra el mundo que está en nuestra contra... simplemente es el mundo y la gente es gente con lo bueno y con lo malo, a veces sólo estamos parados en el camino equivocado con alguien que viene a todo pulmón y nos arrasa sin miramientos.
No hay explicaciones ni justificaciones, es así y así sucede.
¿Sabes?, le dije a mi niña interior necesito tu apapacho, tu abrazo, tu complicidad, he aquí el trato... Menos reproches y más amor, menos revivir el momento y más perdón.
¿Y si me perdono? Ampliamente y de verdad, sin echarme en cara después mi errores, sin pensar en un problema toda la noche, sin sentir un punzada con un recuerdo corrupto cruzándonos la mente.
¿Y si perdono mis errores y mi pasado?
Sí, me perdono, me acepto, me acomodo las piezas y me reseteo la memoria y el corazón para poder perdonarme... ¡Si, me perdono para empezar a vivir!
miércoles, 2 de septiembre de 2015
OCUPÁNDOTE DE TI MISMO, OCUPÁNDOTE DE LOS DEMÁS
Cuando éramos niños nuestro padre y nuestra madre nos enseñaron a respirar, a andar, a sentarnos, a comer y a hablar. Pero cuando empezamos a practicar, volvemos a nacer como seres espirituales. Hemos de aprender a respirar de nuevo, con plena conciencia.
Aprendemos
a andar de nuevo, con plena conciencia.
Deseamos
aprender a escuchar de nuevo, siendo conscientes de ello y con compasión. Deseamos aprender de nuevo a
hablar, con el lenguaje del amor, para honrar nuestro compromiso original:
Esto
expresa que eres fiel a tu compromiso. «Cariño, haciendo todo lo que
puedo. Estoy cuidando muy bien de mi ira. Por mí y también por ti. No
quiero estallar, destruirme a mí mismo ni destruirte a ti. Estoy haciendo
todo lo posible.
Estoy
poniendo en práctica lo que he aprendido de mi maestro, de mi sangha».
Esta
fidelidad con tu compromiso inspirará respeto y confianza en la otra
persona. Y, por último:
«CARIÑO, NECESITO TU AYUDA».
Es
una frase muy fuerte porque normalmente cuando estás enojado tiendes a
decir:
«NO TE NECESITO».
Si
puedes decir estas tres frases con sinceridad, de corazón, tendrá lugar una transformación en la otra
persona.
No
puedes dudar del efecto de esta práctica. Además tu conducta influirá en la otra persona para que
también empiece a practicar. Ella pensará:
«ME ES FIEL. ESTÁ CUMPLIENDO SU COMPROMISO.
ESTÁ HACIENDO TODO LO QUE PUEDE. YO DEBO HACER LO MISMO».
ASÍ
QUE AL CUIDAR DE TI MISMO, ESTÁS CUIDANDO DE TU SER QUERIDO. AMARTE A TI MISMO ES LA BASE PARA TU
CAPACIDAD DE AMAR A OTRA PERSONA.
SI
NO CUIDAS DE TI, SI NO ERES FELIZ, SI NO ESTÁS TRANQUILO, NO PODRÁS HACER
FELIZ A OTRA PERSONA.
NO PODRÁS
AYUDARLA, NI AMARLA. TU CAPACIDAD DE AMAR A OTRA PERSONA DEPENDE POR
COMPLETO DE TU CAPACIDAD DE AMARTE A TI MISMO, DE CUIDAR DE TI.
Extracto
del libro:
LA
IRA (El dominio del fuego interior)
Thich
Nhat Hanh
jueves, 6 de agosto de 2015
SI LA CABEZA TE DICE UNA COSA
Decidí hacer una limpieza en mi vida la semana pasada:
*.-
Tiré “EL PREOCUPARME”, se estaba poniendo viejo y me estorbaba. Me impedía ser
yo mismo, no podía actuar a mi modo.
*.- Tiré esas INHIBICIONES, no dejaban lugar para
mí. Hice lugar para mi nuevo crecimiento; me deshice de mis viejos sueños y
dudas.
*.- Tiré
un LIBRO SOBRE MI PASADO. Lo reemplacé con “nuevas metas” y empecé a leerlo
hoy.
*.- Tiré
LOS JUGUETES DE MI NIÑEZ. Conseguí una nueva filosofía y también tiré la de “MUCHO
TIEMPO ATRÁS”.
*.- Compré
algunos libros nuevos llamados: puedo, haré y debo. Tiré el podría, haría y
debería.
*.- Cogí
algo especial y lo coloqué en la puerta principal. La encontré se llama “paz”.
Ya nada me puede abatir. Ahora mi casa esta
preciosa, todo se ve bastante bien. Para preocupaciones y problemas,
simplemente no hay lugar.
Anónimo
viernes, 3 de julio de 2015
UN 90% DE LA POBLACIÓN MUNDIAL NO SABE PENSAR
Muchos lo sospechaban, pero no había datos fehacientes. Al menos hasta ahora. Sin embargo, Robert Swartz -doctor en el «National Center For Teaching Thinking» estadounidense- acaba de desvelar que entre un «90 y un 95 por ciento» de la población mundial no sabe pensar adecuadamente. Según explica, la razón debe buscarse en las escuelas, donde se enseña a memorizar, pero no a razonar y a resolver un problema haciendo uso de la creatividad.
«Poca gente en el planeta ha aprendido a pensar de forma más amplia y creativa. […] El progreso de la humanidad depende de este pensamiento», ha determinado el experto. Swartz ha lanzado este dato apenas un mes antes de viajar a Bilbao, donde se reunirá elICOT –el mayor congreso nacional sobre inteligencia- los días 29 de junio y 3 de julio. En él, este científico pretende demostrar que es posible reflexionar sobre el uso del pensamiento en las áreas deeducación y deporte –entre otras-.
Concretamente, este experto en pedagogía educativa cree que actualmente existen múltiples formas para implementar el pensamiento y que ayudan a la población a «mejorar su forma de pensar». Swartz ha desvelado a su vez que la sociedad no sabe usar su mente por culpa, principalmente, de la escuela del siglo XXI, en la cual -aunque es completamente diferente a la de siglos anteriores- no se cambia la forma de educar a los más jóvenes.
Como solución para hacer que este dantesco porcentaje se reduzca, Swartz propone fomentar la comunicación desde la infancia, pues más de un 99% de los problemas del ser humano tienen un origen lingüístico. Por otro lado, considera que los colegios deben crear «sujetos activos» a la hora de aprender, y no pasivos. Es decir, capaces de pensar de manera crítica y no limitándose a recibir información. La clave, según él, radicaría en enseñar a las nuevas generaciones a «pensar de forma crítica».
En esta misma línea, Swartz cree que hay que fomentar la empatía en los más pequeños para que aprendan a valorar la opinión del otro, el trabajo en equipo y que sepan amoldarse a la mayoría.
Muchos lo sospechaban, pero no había datos fehacientes. Al menos hasta ahora. Sin embargo, Robert Swartz -doctor en el «National Center For Teaching Thinking» estadounidense- acaba de desvelar que entre un «90 y un 95 por ciento» de la población mundial no sabe pensar adecuadamente. Según explica, la razón debe buscarse en las escuelas, donde se enseña a memorizar, pero no a razonar y a resolver un problema haciendo uso de la creatividad.
«Poca gente en el planeta ha aprendido a pensar de forma más amplia y creativa. […] El progreso de la humanidad depende de este pensamiento», ha determinado el experto. Swartz ha lanzado este dato apenas un mes antes de viajar a Bilbao, donde se reunirá elICOT –el mayor congreso nacional sobre inteligencia- los días 29 de junio y 3 de julio. En él, este científico pretende demostrar que es posible reflexionar sobre el uso del pensamiento en las áreas deeducación y deporte –entre otras-.
Concretamente, este experto en pedagogía educativa cree que actualmente existen múltiples formas para implementar el pensamiento y que ayudan a la población a «mejorar su forma de pensar». Swartz ha desvelado a su vez que la sociedad no sabe usar su mente por culpa, principalmente, de la escuela del siglo XXI, en la cual -aunque es completamente diferente a la de siglos anteriores- no se cambia la forma de educar a los más jóvenes.
Como solución para hacer que este dantesco porcentaje se reduzca, Swartz propone fomentar la comunicación desde la infancia, pues más de un 99% de los problemas del ser humano tienen un origen lingüístico. Por otro lado, considera que los colegios deben crear «sujetos activos» a la hora de aprender, y no pasivos. Es decir, capaces de pensar de manera crítica y no limitándose a recibir información. La clave, según él, radicaría en enseñar a las nuevas generaciones a «pensar de forma crítica».
En esta misma línea, Swartz cree que hay que fomentar la empatía en los más pequeños para que aprendan a valorar la opinión del otro, el trabajo en equipo y que sepan amoldarse a la mayoría.
domingo, 28 de junio de 2015
REGALOS QUE SE RECHAZAN
Había un profesor comprometido y estricto, pero muy reconocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo. Un cierto día, al terminar las clases, y mientras organizaba unos documentos encima de su escritorio, uno de sus alumnos se le acercó y en forma desafiante le dijo:
—Profesor, lo que más me alegra de haber terminado las clases es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré dejar de ver su fastidiosa cara.
El alumno estaba erguido y arrogante, esperando que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. El profesor miró de frente al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:
—Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, ¿lo recibes?
El alumno quedó desconcertado por la inesperada pregunta y no pudo más que contestar:
—Por supuesto que no —repuso en forma aprensiva y fría.
—Bueno —prosiguió el profesor—, cuando alguien intenta ofenderme, o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo (en este caso una emoción de rabia y rencor) que yo puedo decidir aceptar o no aceptar.
—No entiendo a qué se refiere —replicó el alumno confundido.
—Muy sencillo —dijo el profesor—: tú me estás ofreciendo rabia y desprecio; y si yo me siento ofendido, o me pongo furioso, estaré aceptando tus emociones como un regalo. Y yo, mi amigo, en verdad prefiero obsequiarme mi propia serenidad.
Enseguida añadió:
—Muchacho, tu rabia pasará; pero no trates de dejarla conmigo como si fuera un regalo porque no me interesa guardarla. Yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón, pero de mí depende lo que yo cargo en el mío.
¿Somos dueños o esclavos de nuestros sentimientos?
Cada día, en todo momento, tú puedes escoger qué clase de emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón; y lo que elijas lo tendrás, hasta que decidas cambiarlo.
Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 2a parte
Suscribirse a:
Entradas (Atom)