LA FELICIDAD DE LA IN-SEGURIDAD.
Pregunta
Erich Fromm en Psicoanálisis de la sociedad contemporánea:
"¿Cómo
puede una persona sensible y viviente sentirse " segura siempre? Por las
condiciones mismas de nuestra existencia, no podemos sentirnos seguros de nada.
(...) Si tomamos una decisión, nunca podemos estar ciertos de sus
consecuencias, pues toda decisión implica el riesgo del fracaso, y si no lo
implica, no es una decisión en el verdadero sentido de la palabra.
No
podemos estar seguros de las consecuencias de nuestros mejores esfuerzos. (...)
La tarea psíquica que una persona puede hacer en favor suyo no es sentirse segura, sino ser capaz de tolerar la inseguridad sin pánico ni miedo indebido.(…)
Hay seguridad completa sólo cuando hay también una sumisión completa a otros poderes que se suponen fuertes y duraderos, y los cuales libran al hombre de la necesidad de tomar decisiones, correr riesgos y tener responsabilidades.
Hay seguridad completa sólo cuando hay también una sumisión completa a otros poderes que se suponen fuertes y duraderos, y los cuales libran al hombre de la necesidad de tomar decisiones, correr riesgos y tener responsabilidades.
"El
hombre libre es por necesidad inseguro; el hombre que piensa es por necesidad
indeciso."
Pero
no lo aprendería de él si no lo aprendiera de mí mismo.
Un
autor querido es aquel que expresa, intuiciones que vibran dentro de ti, como
en germen. El es -diría Sócrates- el que a través de su expresión te permite
dar a luz a ti mismo.
La
luz emitida por el texto de Fromm nos habla de la in-seguridad como savia
nutritiva esencial de esta existencia tan accidental.
Lo
importante, dice, no es luchar contra la in-seguridad, sino aceptarla y vivirla
sin miedo.
PORQUE
LA IN-SEGURIDAD DA MIEDO, PORQUE FUIMOS MAL EDUCADOS. FUIMOS EDUCADOS, Y ASÍ
EDUCAMOS A NUESTROS HIJOS, EN CATEGORÍAS DE ESTABILIDAD, DE COSAS, DE SITUACIONES
COSIFICADAS DONDE SER ES IGUAL A PERMANECER, Y EN TODO CASO A PREVER.
Si
sé adónde iré mañana, estoy seguro hoy.
Pero
no lo sabes, he aquí la clave. No sabes nada de ti mismo, del ser que será.
Porque nada sabes de lo que te ocurra, es decir de lo que te salga al
encuentro.
En
consecuencia eres im-previsible.
Tu
tarea es prever, pero tu inteligencia, tu sabiduría -no de la universidad, de
la vida, del sabor-, han de consistir en prever la posibilidad de lo
im-previsible.
Esa
in-seguridad, lejos de quitar sosiego, te procura la otra paz, la del que no se
frustrará, porque mantiene la debida flexibilidad de estar prevista mente
sensible ante lo im-previsto.
Fuente: Jaime
Barylco. La felicidad de la in-seguridad.
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